Inteligencia colectiva (Pierre Lévy)


Encontré este video de promoción. Lo incluyo en mi blog porque presenta a Pierre Lévy y el concepto de Inteligencia colectiva. El video es breve, contiene frases y música agradable: lo comparto con ustedes, colegas y tutores del curso.

Derechos de autor

A riesgo de parecer reiterativo, retomaré un comentario que hice en el blog de Natalia González y cumpliré en ampliar el hilo de debate iniciado por Gabriela Pérez Tort. El hecho de escribir es, en sí mismo, un acto de apropiación. Comenzando con el alfabeto que no nos pertenece, siguiendo por los diferentes niveles de la gramática estructuralista y llegando hasta la gramática textual, todo lo que hacemos es recombinar, de manera casi infinita, un material que está y existe más allá de la intención de cualquiera que desee y pretenda postular su dominio sobre el mismo.
No es menos cierto, por otra parte, que hay ciertas combinaciones más felices que otras y, de esta forma, surge la poesía, por ejemplo. Ahora bien, en un mundo pretérito donde el libro impreso fue la manera casi excluyente de acceso al saber, la autoría tal vez haya adquirido en su momento un valor significativo. Pero, en el presente universo digital, donde la información circula por canales diferentes y concurrentes ¿hasta qué punto puede un ciberescritor atribuirse la propiedad absoluta sobre lo que escribe? ¡Basta con poner una frase en Google para rastrear las diferentes ocurrencias de la misma!
Entonces, ¿existe un derecho de autor? En todo caso, propongo pensar un derecho relativo de autor, sancionado por el sistema académico que consagra ciertas producciones presentadas como ponencias y publicadas como papers,  y mediatizado por el uso que los lectores hacen de las producciones escritas..

El ecosistema de la Web 2.0


La lectura del módulo me deparó muchas inquietudes, verbigracia: en la Web 1.0 existía una suerte de monopolio por parte de los poseedores del saber tecnológico que, organización centralizada mediante, determinaban qué leer, cómo, cuándo. Otra: el circuito semicerrado del conocimiento favorecía la superespecialización y por lo tanto el alejamiento de la realidad educativa. Una más: la jerarquía suponía un crecimiento moderado y hasta cierto punto previsible.
La Web 2.0, que, si bien entendí, convive con el modelo precedente, supone un cambio de paradigma hacia un universo participativo, abierto, nodal, en desarrollo y reformulación constantes. Nuestros educandos, hijos de la era digital, experimentan el universo 2.0 como un hecho natural y naturalizado. El desafío para nosotros, creo, es pensar y repensar las herramientas que usamos o usaremos para construir, cual inteligencia colectiva, buscadores y productores de saberes. En suma: ellos y nosotros formamos parte integrante de la Web 2.0.

Educación y participación



Siempre creí que la docencia no debería consistir en la repetición de fórmulas consagradas por la antigüedad, ni en la reproducción de recetas que fueron útiles y tal vez lo sigan siendo para un grupo dentro de un contexto áulico determinado. Por otro lado asisto al desarrollo de una sociedad profundamente atravesada por el entramado de las redes y sistemas de interconexión digital. Día a día me pienso como un formador formado en un paradigma positivista que educa a jóvenes situados en una realidad huidiza y esquiva al saber teórico. Encontré en la metáfora de la participación una manera de abordar mi labor cotidiana y de pensarme como pedagogo.


La concepción dinámica del aprendizaje, entiendo, corre al docente del lugar "privilegiado" en el proceso de enseñanza. Si la clase forma parte de una comunidad y esta se encuentra mediatizada no sólo por los discursos sino también por las miradas de sujetos inmersos en un universo fluido y cambiante, ajeno al mundo estático y ordenado que el docente (al menos quien esto escribe) espera, el educador del presente debe conocer la tecnología que utilizan sus alumnos. Esta concepción dinámica, además, requiere del trabajo conjunto entre alumnos y docente, pensados no como recipientes y proveedor respectivamente, antes bien, como participantes de un proceso de construcción de saberes para una comunidad en la cual todos los actores mencionados son partes integrantes de la misma.